Le contesté, pero no he querido pasar de puntillas por este tema en mi blog.
Yo sí soy más “polemista”, y considero que hasta respirando politizamos, porque, desde el punto en que somos animales sociales, somos políticos. No creo en la “apolítica”.
Pero es que creo que la Recuperación de la Memoria Histórica supera este discurso sobre la politización de la vida judicial y/o civil.
Mi abuelo tuvo la suerte de que le conmutaran la pena de muerte. El cura lo ayudó. Sin embargo, ¡cuánta gente no tuvo esa ayuda, y “descansa” abandonado en algún punto kilométrico de una cuneta!
Familiares míos y amigos han muerto, y yo sé dónde están. Si me apetece, voy donde sé y les pongo flores, les hablo... ¿Y la gente que no sabe dónde poner una flor, dónde rezar?
Los hombres enterramos a nuestros muertos en lugares donde honrarlos. No somos como el resto de animales. Todas las culturas tienen un lugar especial donde acudir. El peor castigo que se puede dar a alguien es quitarle ese derecho. Es arrancarlo socialmente de su grupo, rebajarlo a la categoría de animal.
La Dignidad de “los vencidos” tiene que estar a la altura de la de “los vencedores”. Ni siquiera por encima: a la misma altura.