Estoy harta de ver siempre lo mismo.
¿Es que nadie se ha dado cuenta?
¿No hay ningún político, periodista, comentarista, columnista o colaborador que piense (y diga, grite!) que es absolutamente indignante que se pongan a tirar lo-que-sea-que-alimente al suelo como reclamación?

Hemos pasado de gritar “¡pecado!” al caerse un trozo de pan al suelo y no recogerlo, darle un beso y comerlo, al despilfarro descarnado e insolidario. Los representantes sindicales debieran pensar en algo más que en sus propios intereses (que todos sabemos que los tienen, sobre todo los que los hemos conocido desde “dentro”) y quitarse esa burda venda de los ojos para ver que hay algo más allá que la reclamación de un colectivo, y es la necesidad de un colectivo aún mayor, millones de veces mayor. Es más, que una reclamación regalando kilos de lo-que-sea-que-alimente puede calar mucho más en el gran público (esta idea se la regalo).
Y alguien apostillaría “y en tiempos de crisis”. Pues sí, si es necesario, ya que esto sí parece llegarnos al fondo, lo firmo yo: “¡y en tiempos de crisis!”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario