miércoles, 8 de septiembre de 2010

... de tanto errar

Lo mío es equivocarme, hacer lo que no debo, moverme por instintos (aunque el Pepito Grillo de mi racionalidad me avise con luminosos) y cagarla.


Lo mío es estropear lo bueno que previamente he conseguido, incluso con mucho trabajo.

Lo mío no es de mujer hecha y derecha, sino de adolescente sin conocimiento.

Me empieza a aburrir eso de tanto errar, porque ya pienso que no aprenderé de mis tropiezos.

4 comentarios:

  1. Si te pasa lo que a mí, el problema son las prisas. A menudo no dejo tiempo para que la solución correcta llegue; y tomo decisiones de las que me arrepiento al rato o a los días...
    En cualquier caso, ya sabes que la condición humana es esa, la de tropezar "cienes y cienes" de veces... ¡te lo dice una que de piedras sabe! jajaja
    Bsos,
    sísifo y su piedra

    ResponderEliminar
  2. sí, y como ya comenté en un post anterior, me siento como un ciempiés que tropieza, y tropieza con todas y cada una de sus patitas, pero ahora, ya, estoy agotada de tanto levantarme de nuevo...
    :-)

    ResponderEliminar
  3. No em negaràs que li diguis a sísifo que estàs esgotada de tant tornar a aixecar-te "tiene delito"
    Bromes a part, no defalleixis. Mai.

    ResponderEliminar
  4. Estoy con María (también en la ironía del delito! jejeje)!
    Aunque la piedra sea siempre la misma, el entorno cambia. Seguro que un día encontraremos un entorno agradable para que la subida no sea tan complicada...

    ResponderEliminar