domingo, 24 de octubre de 2010

... de un propósito de enmienda...

El síndrome ansioso depresivo lo tengo aquí, presente y activo, posesivo al máximo, doloroso, acosador y destructor, y es más duro reconocerlo que sufrirlo. Cuando estás en la espiral del ahogo emocional sigues girando sobre tí misma sin ver lo que te rodea, porque las mismas vueltas te impiden abrir los ojos a riesgo de, además, marearte.


Tengo que reconocerlo, y tengo que ponerle remedio, porque estar otra vez en urgencias y contar tus miserias a un desconocido no es plato de gusto. Y porque tengo tantas cosas y tanta gente detrás que más me vale salir de ahí.

Hace un par de meses recomendé a C. que saliera de esa espiral, que reconociera dónde estaba y dónde quería ir… y ahora me veo ahí otra vez, pero en lugar de aplicarme el cuento, he acabado con medicación de urgencia (“consejos vendo…”).

Necesito plantearme qué quiero, qué espero de la vida… qué espera la vida de mí… es decir, qué coño hacer para salir de esta mierda, en la que entré hace tantos años que no recuerdo (mentira, lo sé perfectamente) y que desde hace uno y medio me mantiene aferrada a unas pastillas que se supone me tienen que ayudar a salir de aquí… y no sé muy bien cómo…

Prometo que lo intentaré, y que saldré de aquí, por mí, por mis hijas, por mi vida…

Pero estoy tan cansada…

3 comentarios:

  1. A menudo, cuando queremos cambiar nuestra vida, hacemos grandes planes.
    Pero cada día tengo más claro que cambiar la propia vida debe ser un trabajo de pequeñas cosas: volver un poco más temprano de trabajar, sonreír un poco más, no exigir a los demás aquello más de lo que pueden darnos en cada tarea, no exigirnos a nosotros más de lo que podemos dar en cada minuto...
    Pequeñas cosas que, si sabemos ir ordenándolas, irán haciendo de nuestro desorden una biblioteca bien ordenada (cada uno con su orden, pero ordenada al fin y al cabo).
    Por ejemplo: ¿sabes que si sonríes, si haces un esfuerzo por sonreír cuando no tienes demasiadas ganas, el cerebro interpreta ese movimiento de los músculos como un motivo para estar contento y te pones más alegre? Pequeños pasos, pequeñas cosas... pequeñas alegrías...
    Recuerda lo de Lennon, de que la vida es aquello que nos pasa mientras nos empeñamos en hacer otras cosas...

    ResponderEliminar
  2. hoy he conseguido salir a mi hora... y me lo he pasado muy bien procurando que quien ya sabes haga lo que tenga que hacer (puteandillo, se diría), vamos, que también he sonreído...
    veo que acierto con mis inicios de cambio...

    gracias, sísifo. intento mejorar, de verdad...

    ResponderEliminar
  3. Todos intentamos mejorar... y algunos incluso intentamos ayudarnos entre nosotros para conseguirlo... nadie está de vuelta, como decía Machado:
    "Los hombres que están siempre de vuelta en todas las cosas son los que no ha ido nunca a ninguna parte. Porque ya es mucho ir; volver, ¡nadie ha vuelto!"
    Besos. Muchos.

    ResponderEliminar